Los niños lo han notado y se han portado mejor que nunca. Han sido unos días felices. Volver al trabajo y a la rutina nos ha costado a todos.
Marçal ha disfrutado muchísimo de las fiestas y los reyes se han portado estupendamente con él, creo que incluso demasiado. Ya con previsión, unos días antes apartamos algunos juguetes olvidados y los dimos a quien seguro los disfrutará. Un poco de espacio no ha ido mal.
Ver sus caras de ilusión no tiene precio.
La semana pasada fue el cumpleaños de Marçal, 7 años ya! Cuesta de creer. Este año no ha habido súper fiesta con muchísimos niños como el anterior, ni disfraces ni súper madalenas... Una tarde de juegos con cinco amigos, escogidos por él, fue suficiente para hacerle feliz. Fue una fiesta con ambientación animal que todos disfrutaron.
Y al día siguiente oooootra fiesta con la familia!
No sé porque razón pero fue un día lleno de emociones y lágrima fácil. No sabría decir con exactitud la diferencia con su anterior cumpleaños, pero algo inesperado pasó por mi mente, algo que me mantuvo blandita todo el día. Supongo que algo tuvo que ver el estrés de los últimos meses, el colapso general, el querer llegar a todo y no poder... una no es perfecta...
7 años han pasado desde que me convertí en madre por primera vez. 7 años que no me han hecho ser mamá perfecta pero si mejor persona. 7 años felices e intensos. 7 años a la velocidad del rayo que asustan...
La misma noche de su cumpleaños, una vez ya en la cama, me senté a su lado y le dije cuanto le quería, le dije que él cambió mi vida para siempre y que sin él no podría vivir. "Mamá no sigas, que me harás llorar..." Feliz cumpleaños mi vida!
Besitos!!
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